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Como ser un experto

Creado el 16 de junio del 2021 y traducido el 15 de abril del 2024

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Este soy yo en el 2003: un joven estudiante de posgrado que carecía de experiencia en muchas de las habilidades que acabaría necesitando. El yo del 2003 era bueno tomando clases, pero no tenía ni idea de cómo desarrollar e impartir un curso. El yo del 2003 se pasaba días preparándose para dar una charla de investigación. El yo del 2003 nunca había visto una propuesta de investigación, y mucho menos escrito una. El yo de hoy se siente mucho más cómodo y eficiente con todas estas tarea

Ten esto en cuenta como estudiante de posgrado: no esperes empezar como un experto. En lugar de eso, intenta adquirir experiencia a lo largo de tu viaje y desarrolla las herramientas para seguir creciendo después que termines el posgrado. Desde luego, no soy un “experto” formal en este tema, pero he adoptado un proceso que puede resultar útil.

Ser un “experto” implica tener la capacidad de utilizar una serie de habilidades y conocimiento específico en algún campo. Para llegar a ser un experto se requiere experiencia, pero ese no es el único requisito. He descubierto a lo largo de los años que el siguiente proceso puede ser útil:

El proceso para ser un experto

  1. Prepárate para una tarea.

  2. Ponte a prueba para medir tu progreso.

  3. Evalúa lo que ha ido bien y lo que no.

  4. Repítelo, ajustándolo en función de lo que hayas aprendido.

Los siguientes párrafos describen algunas consideraciones para cada uno de estos pasos.

Prepárate

Para empezar, identifica una tarea específica y prepárate para ella. Los deberes de clase son un buen ejemplo: limitarse a escuchar las clases no es bueno para crecer, pero las tareas te obligan a concentrarte y a desarrollar nuevas habilidades y conocimientos. Un primer paso útil es pensar en las áreas generales en las que quieres ser un experto.

A continuación, busca apuestas incrementales: tareas relativamente pequeñas que puedas utilizar para avanzar hacia objetivos mayores y que te sirvan para evaluar tu progreso a lo largo del camino. Si una tarea requiere cientos o miles de horas antes de que puedas probarla y evaluarla, no obtendrás información de tu progreso a tiempo. Por lo contrario, si una tarea solo te lleva unos minutos u horas, tu escasa preparación no te permitirá avanzar para convertirte en un experto. No todas las tareas pueden tener el tamaño perfecto (por ejemplo, puede que te veas obligado a asumir una gran tarea con un plazo limitado hasta la entrega de tu trabajo), pero la idea es llegar a las etapas siguientes sin que pase demasiado tiempo.

Puedo compartir algunos ejemplos personales de apuestas incrementales para ayudarte a ilustrar este concepto. Como profesor nuevo, necesitaba adquirir experiencia en la redacción de propuestas de investigación. Así que asistí a talleres en los que pude escuchar a expertos y empezar a redactar materiales. Volé a Washington D.C para reunirme con miembros de los programas de la National Science Foundation (la institución del gobierno de Estados Unidos encargada de promover y financiar la investigación científica) y recibir sus consejos y comentarios sobre mis ideas. También redacté algunas propuestas de investigación en colaboración con socios más experimentados que pudieran servirme de modelo y enseñarme. Por supuesto, escribí muchas propuestas que fueron rechazadas por el camino, así que no todas las tareas tuvieron éxito. Pero con el tiempo, amplié (y sigo ampliando) mis conocimientos sobre cómo tener éxito en este campo.

Tuve otra serie de apuestas incrementales en torno a la escritura sobre temas de análisis de riesgo. Mi trabajo me llevó a dar muchas conferencias sobre el tema, durante las cuales perfeccioné mi mensaje. También escribí varias versiones de informes breves sobre el tema. Los comentarios sobre esos informes fueron buenos, y en algún momento me propuse escribir un libro sobre el tema. Este objetivo implicaba probablemente cientos de pequeñas tareas (leer literatura sobre como escribir libros de texto, pedir consejo a otros autores de libros, preparar una propuesta de libro, encontrar coautores de confianza, aprender a utilizar repositorios de código para coordinar el trabajo, y un montón de pasos de escritura y edición). Al final, terminamos el libro de texto. La cuestión es que no me senté solo en una habitación e intenté escribirlo entero desde cero; eso habría acabado mal, ya que no empecé con la experiencia adecuada. En lugar de eso, utilicé muchas pequeñas tareas a lo largo del camino para lograr algo que antes no era capaz de hacer.

Sean cuales sean tus tareas, prepárate con una práctica deliberada: sé sistemático y concéntrate, esfuérzate por progresar en lugar de repetir tareas fáciles. Jugar ociosamente con el formato de las diapositivas no te hará mejor presentador. Escribir correos electrónicos puede parecer productivo, pero no aporta experiencia. Intenta encontrar una idea nueva (de una clase, un libro o un mentor) y luego trabaja para aplicarla tú mismo.

Prueba

A continuación, comprueba tus progresos. Saber que se acerca un examen te ayudará a centrarte y dirigir tu preparación. Identifica un examen que te suponga un esfuerzo y te ofrezca un resultado que puedas evaluar y utilizar para tu futura preparación. El truco está en no exagerar en la dificultad del reto pero tampoco hacerlo demasiado fácil. Exigir más de tus capacidades y fracasar de mala manera no es productivo. Si nunca has corrido, no deberías empezar con un maratón. Del mismo modo, no deberías intentar escribir un artículo por tu cuenta sin mucho entrenamiento previo. Por otro lado, un examen fácil no fomentará tu crecimiento.

Hay que reconocer que los consejos anteriores son generales: es difícil desarrollar una prueba perfecta, y a veces es sano exagerar en la dificultad del reto y fracasar. Para mi, las pruebas son en parte un proceso formal y en parte un modo de pensar: no quiero pasar demasiado tiempo sin recibir información sobre mis progresos.

Evalúa

Después de cada prueba, haz balance de dónde estás y hacia dónde debes dirigirte. Tu rendimiento puede ser evidente (por ejemplo, ¿funcionó el código que escribiste en un nuevo lenguaje de programación?) Si no es así, solicita comentarios y asesoramiento externos. Trata de obtener información sincera sobre tus resultados y las formas de seguir mejorando. Tu asesor puede evaluar los resultados de un nuevo enfoque de investigación que hayas probado. Un colega o aprendiz puede grabar tu charla y darte el video para que lo veas tú mismo. Ten en cuenta que las clases utilizan este formato general para enseñarte nuevos temas y luego evaluar tus tareas y exámenes.

Repítelo

Una vez que dispongas de los resultados de tu esfuerzo anterior, identifica tu próxima tarea. Puedes intentar algo mas dificil o mas facil en función de cómo hayan ido las cosas. O puedes intentar algo completamente diferente si tus intereses o la información recibida indica que un cambio de dirección sería útil. Intenta generar muchas ideas de tareas, pero sé selectivo a la hora de dedicar tiempo a cada una de ellas. Generar ideas requiere relativamente poco esfuerzo, así que es bueno generar muchas opciones. Pero la práctica deliberada y la evaluación pueden requerir mucho tiempo y esfuerzo, por lo que hay que discernir hacia dónde dirigir la energía.

Mirando hacia atrás a las apuestas incrementales que hice en la sección Prepárate, me gustó el progreso y obtuve buenos comentarios para las pequeñas tareas iniciales, así que pase a tareas más ambiciosas. Por lo contrario, hay otras tareas que me resultaron difíciles o en las que recibí comentarios negativos, por lo que las abandoné antes de hacer apuestas más grandes (por ejemplo, algunos tipos de trabajo en comités y áreas académicas en las que no se valoraban mis ideas).

Ejemplos de tareas

Para que empieces a pensar en las áreas en las que podrías probar este proceso, aquí tienes algunas sugerencias:

  • Aprende una herramienta informática nueva y utilizala para obtener resultados y gráficas para tu investigación.

  • Publica tu código en un repositorio para aprender a utilizar las herramientas asociadas para esta tarea.

  • Graba una presentación sobre tu trabajo y compártela en línea (aprendiendo tanto técnicas de presentación como herramientas tecnológicas).

  • Haz una presentación ante tu grupo de investigación o en un taller, quizás utilizando una clase de oratoria para prepararte.

  • Haz una presentación sobre un tema que estés interesado en aprender. El seminario te servirá de prueba, y la enseñanza te obligará a aprender bien el tema.

  • Únete a un comité de organización estudiantil o una sociedad profesional y aprende cómo funciona y cómo se gestionan las organizaciones.

  • Sé mentor de un estudiante más joven.

  • Escribe un breve resumen de una idea de investigación como prueba de tus habilidades comunicativas.

  • Revisa un artículo o trabajo para un amigo o una revista.

  • Elaborar material didáctico para una clase si eres estudiante ayudante o monitor de curso (por ejemplo, una tarea, una presentación, un folleto).

  • Escribe un breve artículo o entrada de blog sobre un tema que te interese para practicar la explicación de una idea y perfeccionar tu redacción.

Confianza

Confianza es tener fe en tu capacidad para afrontar un reto. Lo ideal es calibrar en función de tus conocimientos. El exceso de confianza te causará problemas y te dejará una mala reputación si fracasas en un compromiso que asumiste. Por otro lado, la falta de confianza puede llevarte a evitar situaciones en las que podrías haber tenido éxito. El proceso anterior de ponerte a prueba y evaluarte puede ayudarte a construir y calibrar tu confianza. Si te has puesto a prueba en un área concreta (por ejemplo, dando un seminario sobre tu investigación), debes tener una mejor idea de tus capacidades en situaciones futuras similares.

Casi todos en el mundo de la academia luchan contra el síndrome del impostor. En mi experiencia, la falta de confianza es casi universal en los estudiantes de posgrado, y el exceso de confianza es bastante raro. Es normal estar nervioso o tener la sensación de no pertenecer a un grupo, pero también es normal entender objetivamente que tu experiencia te hace capaz de contribuir. Saber que te has preparado sistemáticamente y que has adquirido experiencia debería ayudarte a confiar en ti mismo en situaciones nuevas.

Es difícil sentirse seguro si tu modelo mental es que tu eres imperfecto mientras que todo el mundo a tu alrededor es infalible. Combate esta idea errónea recordando que todo el mundo tiene que empezar desde la inexperiencia (recuerda el “yo del 2003” que mencioné antes). Además, todo el mundo tiene debilidades e inseguridades. Puede que los estudiantes más experimentados hayan tenido más tiempo para adquirir experiencia o sepan ocultar sus puntos débiles, pero no son categóricamente diferentes a ti.

Inevitablemente recibirás críticas (justa o injustas) sobre tu trabajo o capacidades. Es de esperar que los comentarios previos de asesores de mayor confianza y tu preparación te servirá de contrapeso en esas situaciones difíciles.

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